Quantcast
Viewing latest article 1
Browse Latest Browse All 12

Calor infernal

Se nota, se siente, el Sol está presente. El Astro Rey ya ha llegado de nuevo para deleitarnos con sus melanomas, sus lipotimias y sus deshidrataciones. Sí, ha llegado esa época mágica del año en la que nos ponemos a sudar como unos putos cerdos. Es dar cuatro pasos por la calle y ya me noto las tetas sudadas, y lo peor es esa gotita helada y puñetera que baja canalillo abajo hasta acampar en tu ombligo.

Mi chico tiene una expresión tan desagradable como descriptiva: “parece que tenga los huevos en almíbar”. Sí, es una salvajada, pero soy incapaz de encontrar una manera mejor de expresar esa desagradable sensación de estar pegajoso y maloliente.

Para colmo de males, el calor aplatana cosa mala, al menos yo lo único que quiero hacer es languidecer en la cama con un ventilador y nada de ropa, algo así como una hibernación a la inversa, hasta que la ciudad deje de parecer Tatooine. Mi cuenta corriente se vacía mientras lleno el congelador de cualquier cosa helada que pueda ser ingerida, si pudiese me compraría un arcón congelador para dormir.

Que esa es otra… Al acabar la noche, más que sábanas parece que haya dormido en una balleta húmeda, y eso solo si estoy sola. Si esa noche la paso con mi chico, y encima tenemos algo de “tema”, apaga y vámonos. No es que nuestras manos se deslicen sobre nuestra suave piel, es que se nos escurre de tanto sudor, que menos mal que nos damos gustito, porque acabamos dándonos asco a nosotros mismos.

Eso sí, algo muy bonito que tenemos es que no nos damos asco el uno al otro, y eso siempre reconforta. Todos los veranos me dice lo bonitas que se me ven las tetas sudadas.


Viewing latest article 1
Browse Latest Browse All 12